Tras un fallo de la Organización Mundial del Comercio (OMC) la Argentina debe realizar una adecuación de su política comercial, específicamente respecto a la utilización de las licencias no automáticas (LNA), las declaraciones juradas anticipadas de importación (Djai) y a todos los mecanismos discrecionales implementados para restringir importaciones. Se estableció como fecha para culminar con la adecuación el 31 de diciembre de este año y, mientras llega ese plazo, el gobierno nacional junto con los industriales y especialistas del área del comercio internacional analizan los nuevos mecanismos que se pondrán en marcha.
Hasta el momento hay pocas definiciones sobre cuál será el camino elegido por Argentina para su vinculación comercial con el mundo pero los analistas y referentes empresarios coinciden en que las herramientas ya existentes y previstas en la OMC son la mejor alternativa para no enfrentar nuevamente una denuncia. En ese sentido, en esta nueva etapa que se iniciará en 2016 todo indica que la protección será más por sector o actividad que para todos los productos en general. Cuidar la industria nacional seguirá siendo el marco principal.
Mauricio Claverí, analista de Abeceb.com, explicó que la necesidad de transformar los mecanismos de restricciones a las importaciones surge como resultado de la denuncia realizada por Estados Unidos, la Unión Europea y Japón con respecto a las herramientas utilizadas por la actual gestión para contener la salida de divisas, concretamente referido a las licencias no automáticas, las declaraciones juradas anticipadas de importación y a todos los mecanismos discrecionales implementados por la Secretaría de Comercio de la Nación para restringir importaciones, como por ejemplo el conocido “1 a 1” —solicitar a los importadores que realicen exportaciones de igual magnitud a las importaciones— de Guillermo Moreno.
Dado que las denuncias se iniciaron en el 2012, con el paso de tiempo varios de los mecanismos iniciales se fueron modificando, reemplazando e incluso derogando varios de ellos como el caso de las LNAs. Así en realidad, de todos los mencionados en el fallo, el único que sigue vigente es el de las Djai.
Los tiempos presionan y es por eso que durante la reunión de ministros de Comercio del G-20 que se realizó la semana pasada en Estambul la delegación argentina encabezada por los secretarios de Comercio, Augusto Costa, y de Relaciones Económicas Internacionales de la cancillería, Carlos Bianco, ratificó en el foro internacional la defensa del mercado interno y su oposición al fallo de la OMC.
Argentina fundamentó su posición en que la impunidad que les “otorga su poderío económico y político” a Estados Unidos, la Unión Europea y Japón hace que esos países apliquen medidas distorsivas al comercio”.
El documento argentino resaltará que “resguardar al mercado interno con proteccionismo está en el ADN del capitalismo”, al cuestionar la posición de los países desarrollados que promueven la liberalización comercial sin restricciones para hacer frente a la caída del comercio internacional. La posición de argentina fundamenta la idea de que la desaceleración del comercio mundial no está asociada a las medidas proteccionistas desplegadas por la mayoría de los países para protegerse de la crisis, sino que esa baja obedece a las políticas de ajuste fiscal que restringe la demanda interna y limitan las importaciones en los países.
Doble discurso. La Argentina critica la pretensión de los países desarrollados de establecer reglas de juego desiguales en el comercio internacional y sostiene que las principales naciones desarrolladas aplican subsidios a las exportaciones, investigaciones antidumping, salvaguardias, derechos compensatorios y obstáculos técnicos, entre otras estrategias proteccionistas, para por ejemplo frenar la importación de alimentos desde los países emergentes.
El especialista de Abeceb.com explicó que en las conclusiones y recomendaciones el organismo internacional consideró que Argentina viola el artículo XI del Gatt (1994), al obligar a las empresas a presentar las Djai como requisito para importar. “La resolución del organismo internacional no era de cumplimiento inmediato ni planteaba sanciones rápidas contra Argentina; sin embargo, en febrero del año corriente el país optó por iniciar negociaciones con los países litigantes para definir un plazo para adaptar las Djai según los lineamientos que establece la OMC. Finalmente, se publicó la fecha final para culminar con la adecuación el 31 de diciembre del 2015”, señaló Claverí.
El analista habló sobre el impacto que tendrá el fallo y consideró que en primer lugar de esta forma se confirma que el cambio del actual esquema de política económica deberá ser asumido por el próximo gobierno, y mientras tanto la administración actual podrá seguir utilizando las herramientas usuales. Por otro lado, destacó que para cumplir con las recomendaciones de la OMC si bien no es necesario eliminar el mecanismo de las Djai afirmó que sí “habrá que adaptarlo a las normas del organismo, otorgando mayor transparencia y justificando los tiempos de demora y las razones de bloqueo/aprobación”.
“Es decir, la adecuación requiere cambiar la esencia del instrumento, que no constituya un freno paraarancelario a las importaciones”, subrayó Claverí.
Alternativas. El analista consideró que una alternativa factible podría ser el reemplazo de las Djai por otros mecanismos de protección, similares a los de los países desarrollados, que incluyan la intervención de organismos técnicos que revisen parámetros de sanitarios y de calidad, funcionando a modo de barreras paraarancelarias. Sin embargo, señaló que la experiencia de las LNA ha dejado en evidencia que este tipo de instrumentos requiere de un aparato administrativo amplio y muy eficiente, para evitar la formación de cuellos de botella y no recaer en nuevas denuncias ante la OMC.
“Dado que la OMC sólo tiene injerencia comercial, de la definición del fallo no se puede descartar que a futuro persistan intervenciones de la Afip, como por ejemplo los bloqueos provenientes de la matriz BI39. De igual manera, el BCRA podría no autorizar divisas a importadores, aludiendo a cuestiones cambiarias, y ello excedería el ámbito de intervención de la OMC”, advirtió.
Además, indicó que “es evidente que el mecanismo de las Djai no sólo cumple una función de regulación del comercio —a través de la sustitución de importaciones— sino que tiene una relación directa con la disponibilidad de divisas para hacer frente a todos los pedidos que se presenten”. Claverí dijo que esto implica que “hasta tanto no se resuelvan dichas tensiones o se logren acuerdos con organismos internacionales de crédito, es poco probable que se cuente con el margen para realizar una flexibilización efectiva” de las importaciones. “La principal dificultad no pasa por la mera aprobación de las operaciones (lo cual se puede fácilmente regular) sino por disponer de los fondos para liberar las autorizaciones.
Reglas de juego. Por su parte, el especialista en comercio internacional Marcelo Elizondo, director de la consultora DNI, detacó que “claramente hay que adaptarse a la OMC” y subrayó que “no hay oportunidad de esquivar” la recomendación del organismo. “Hay que adecuar estas herramientas obsoletas del comercio internacional”, señaló al tiempo que estimó que es muy probable que los cambios “queden en manos de la próxima administración”.
“Esta metodología de administración de restricciones masiva de importaciones será sustituida por otro modelo. Será un modelo que permite la ley internacional, pueden ser aranceles, salvaguardas, LNA, medidas antidumping o paraarancelarias enfocados en determinados productos”, dijo el ex director de Fundación Exportar.
Elizondo advirtió que algunos de los sectores que necesitarían ser alcanzados por un mayor control de las importaciones podrían ser el textil, calzado o algunos productos metalemecánicos.
Sobre el escaso tiempo que resta para readecuar las normas no descartó que “quien gane en las próximas elecciones pueda pedir la extensión del plazo”, bajo el compromiso de implementar los cambios en el corto tiempo. Esto es específicamente sobre la demanda establecida por la UE, ya que las presentaciones de Estados Unidos y Japón no fijan plazos.
“Las restricciones a las importaciones incialmente estaban enfocadas en proteger a la industria, después fue más por cuestiones cambiarias, incluso se daba sobre bienes que no se producían en la Argentina. El 80% de las importaciones son productos para terminar en el país y muchos limites perjudicaron a los procesos industriales”, analizó el titular de DNI.
Elizondo advirtió que los cambios en el comercio podrán ser implementados “sólo si se corrige el tema cambiario”, si se recupera la inversión extranjera directa, si el ingreso de dólares es normal, entre otros puntos, ya que hoy las restricciones “son por razones cambiarias”.
FUENTE: LA CAPITAL