No sólo las once terminales radicadas en el país sufren el cimbronazo que significa el derrumbe económico y político en Brasil. Los autopartistas, el corazón de la industria, también comenzó a sentir la falta de demanda del exterior y la caída de producción local.
“Tenemos varias empresas con riesgo de cierre porque algunas terminales empiezan a deslocalizar y proveerse desde Brasil”, afirmó a LA NACION Juan Cantarella, genente general de la Asociación de Fábricas Argentina de Componentes (AFAC). “Con la capacidad ociosa que tienen y la devaluación, mandan a precios bajísimos”, indicó el ejecutivo.
La semana pasada el Gobierno anunció que apoyará un proyecto de Oscar Romero (diputado del Frente Renovador, que proviene del sindicato de los mecánicos) para incentivar la integración en el sector automotor, que apenas llega al 30 por ciento, según los datos que maneja la Secretaría de Industria, que conduce Martín Etchegoyen.
Según un documento que ayer difundió la consultora Investigaciones Económicas Sectoriales (IES), en 2015 la industria de autopartes continuó exhibiendo un marco recesivo, ya que las ventas se contrajeron un 11,1% en valores, acorde con el experimentado por las terminales. Las ventas al exterior se redujeron en 25,5% con respecto a 2014, por lo que alcanzaron a los US$ 1678 millones y “mantienen la tendencia negativa que acarrean desde 2012”. En tanto, las importaciones sufrieron una caída más leve, de 4%, cuyo total alcanzó a US$ 10.047 millones destinados a ingresar autopartes al país.
Ayer, el diario El Cronista publicó que en lo que va del año, tres autopartistas ya cerraron sus operaciones en el país: las empresas Punch Automotive, Ar Zinc (de la multinacional Glencore) y Paraná Metal (de Cristóbal López).
FUENTE: LA NACIÓN