Las importaciones se mantendrían estables debido a que la devaluación del peso contrarresta el levantamiento de la mayoría de las restricciones impuestas por el gobierno anterior, según el secretario de Comercio, Miguel Braun.
El Gobierno eliminó los controles cambiarios y los impuestos a las exportaciones de materias primas claves, al tiempo que levantó muchas licencias a importaciones desde que el presidente Mauricio Macri asumió en diciembre con la promesa de reactivar la economía y reanimar la inversión extranjera.
“Esperamos que las importaciones estén en un nivel comparable con el año pasado porque hay fuerzas compensatorias”, dijo Braun, en una entrevista con Reuters el martes en la embajada de Argentina en Washington. “Por un lado, hemos abierto la economía de manera significativa. Pero, por otro lado, el tipo de cambio ahora es más competitivo”, argumentó.
Braun dijo que es probable que el déficit en cuenta corriente de Argentina se contraiga este año por mayores exportaciones y el impulso de una mayor inversión extranjera en una economía que, en su opinión, fue nuevamente abierta a los negocios. Argentina podría experimentar un “crecimiento espectacular” si la economía del vecino Brasil se recupera de una profunda recesión y rebotan los precios de las materias primas, sostuvo.
El funcionario se negó a ofrecer previsiones específicas para las importaciones o la cuenta corriente, pero agregó que no espera problemas en la balanza de pagos para el próximo año. Argentina, un importante exportador de soja y granos, registró un déficit comercial de 3.035 millones de dólares en el 2015, según datos de la renovada agencia de estadísticas divulgados la semana pasada. La cifra difiere marcadamente de los superávits reportados por el gobierno izquierdista de la ex presidenta Cristina Fernández el año pasado.
Las licencias que restringieron las importaciones, impuestas en 2012 para proteger a la industria local, provocaron escasez de productos que van desde tampones hasta piezas automotrices y electrónicas, a la vez que alejaron a Estados Unidos y a otros socios comerciales. La Organización Mundial de Comercio falló en contra de las restricciones y ordenó que Argentina revisara sus leyes comerciales, pero los cambios no fueron hechos sino hasta que asumió el nuevo Gobierno de Macri.
Braun aseguró que la falta de componentes importados ya no sería un obstáculo para el sector manufacturero de Argentina, pero agregó que es necesario un repunte de la demanda mundial para que crezca de nuevo.
Argentina debe administrar un crecimiento económico “razonable” en el 2016 y uno “fuerte” en 2017, dijo Braun, debido a que los inversores extranjeros regresarían al país después de que fueron ahuyentados durante años por las políticas de Fernández.
El Gobierno de Macri ofreció un acuerdo con los acreedores que demandaron a Argentina por bonos incumplidos, en un intento por poner fin a una batalla legal de 14 años que transformó al país en un paria en los mercados financieros. Braun espera una pronta “solución razonable” a la disputa, lo cual reduciría los costos de crédito del sector privado y daría al Gobierno un mayor acceso al financiamiento.
FUENTE: EL ECONOMISTA