El balance oficial de las exportaciones del primer cuatrimestre del año, sin alcanzar cifras realmente importantes, tiene en cambio una tonalidad optimista en cuanto al futuro en caso de afianzarse esta tendencia. Es que la balanza comercial de abril arrojó un superávit de 332 millones de dólares -un 64% por encima en la comparación interanual-, con 4.756 millones por las ventas al exterior y 4.424 millones por las importaciones, siendo lo negativo que aquellas se redujeron 8% y las compras al exterior 11%, marcando una contracción en tal sentido. De todas maneras, tomando el cuatrimestre inicial, es decir una tercera parte del año, el dato saliente difundido por el INDEC es que se registró un saldo negativo de 58 millones de dólares. Es decir, tuvimos pérdida y es malo, pero si retrocedemos a los primeros cuatro meses de 2015 cuando la pérdida fue de 982 millones de dólares, la cuestión comienza a modificar su tonalidad, convirtiéndose en una performance aceptable.
La unificación del mercado cambiario y la eliminación de restricciones que afectaban seriamente al comercio exterior -como el caso de las declaraciones juradas anticipadas de importación-, influyeron notoriamente para esta drástica reducción de pérdidas, que quedaron establecidas en 58 millones de dólares. Lo cual, según analistas, fue un cuatrimestre prácticamente neutro en su balance de cierre, aunque positivo si lo miramos desde los casi 1.000 millones de dólares en rojo de igual lapso el año anterior.
Quedan situaciones por resolver, o bien irse adecuando a las circunstancias, como el dólar bajo en comparación con las tasas impuestas para tratar de bajar la inflación, estimándose que todo tendrá que irse acomodando en los próximos meses, una vez que se logre la estabilización de las variables macro, sin colapsar en el sistema comercial, y en especial aguardar que la situación de Brasil se resuelva favorablemente, pues su impacto en nuestra economía es muy grande. Algo que deberá ser revisado para el futuro, ya que una excesiva participación con un solo mercado, nos sujete a las consecuencias de sus propios vaivenes, siendo una mayor diversificación, la solución de un problema de esta naturaleza.
Justamente, en el mes de abril con Brasil vendimos por 830 millones e importamos 1.164 millones de dólares, con un desequilibrio que se va reduciendo, pero que sigue en favor de nuestro vecino.
La industria en baja
Aun cuando en este caso los datos no son oficiales del INDEC, sino que provienen del Centro de Estudios Económicos del economista Orlando Ferreres, tenemos que el sector industrial fue mucho menos positivo que lo apuntado en la parte superior de esta nota, pues su caída en el mes de abril fue de 4,8%, señalándose que “el primer trimestre del año se caracterizó por la disonancia entre el comportamiento general de la industria con la trayectoria particular del segmento de alimentos, que desde comienzos del año ha exhibido una notable expansión, impulsado por la producción de los subproductos vinculados al rubro agrícola”.
Se explica además que aun cuando existe esa referencia positiva sobre los alimentos en el primer trimestre, en el mes de abril los mismos volvieron a caer, especialmente en lo que hace a la producción de harina y aceites, debido a la menor disponibilidad de granos, registrándose en consecuencia un nivel de actividad más acorde con el generalidad de todos los demás rubros industriales.
De todas maneras, si se toman para el análisis los primeros cuatro meses del año, el sector tuvo un incremento anual de 0,2%, ínfimo desde lo numérico, pero que también puede ser calificado como neutro, aunque es muy diferente de la aplicación que se hace con las exportaciones, siendo en este caso mucho más negativo porque abril marcó un fuerte retroceso de 4,8%, marcando una tendencia que viene en declinación, logrando mantener estabilidad merced a los buenos registros de los meses anteriores.
Habrá que aguardar entonces que la industria recupere terreno para acomodarse lo suficiente con miras al próximo semestre, que es cuando desde el gobierno se viene alentando se producirá el comienzo de la recuperación económica.
FUENTE: LA OPINIÓN